Suelos de Baldosa

Si tenemos en cuenta el atractivo visual y la capacidad de un diseño único, los suelos de baldosa son nuestros aliados. Entre sus pros destacamos que son más asequibles, su instalación es muy sencilla, nos ofrece una gran variedad de diseños y patrones para jugar con ellos, son mucho más fáciles de limpiar y no generan electricidad estática (interesante si los utilizamos en zonas de trabajo con ordenadores).

Por contra, no será nuestra elección más aconsejable si va a ser utilizado en una zona con mucho paso y maltrato (se puede agrietar), o si no nos gustan los pavimentos fríos.

¿Dónde lo usaremos principalmente? Podemos utilizarlo en baños de cortesía, cocinas auxiliares y zonas con poco maltrato.

Suelos de Piedra Natural y Mármol

Bien utilizados, los suelos de piedra natural, mármol o granito son la imagen de la elegancia. Como ventajas encontramos precisamente su capacidad para atraer todas las miradas, puesto que suelen conformar espacios únicos y singulares. Además, si vivimos en una zona muy cálida, su frialdad hará que nuestras estancias sean más cómodas, mientras que su resistencia lo hace muy apto para exteriores y zonas que reciban maltrato.

Sin embargo, tenemos que tener en cuenta los inconvenientes que nos generan este tipo de suelos cuando los usamos en zonas donde no deberíamos. El primero de ellos es su porosidad, que lo hace más difícil de limpiar y mantener, siguiendo por su dificultad de instalación y su precio, que es el más alto de todos los que hemos tratado.

¿Dónde lo usaremos principalmente? Estos pavimentos son ideales para recibidores (ya que causaremos una gran impresión a nuestros invitados), zonas de exterior y cocinas clásicas.