El siguiente punto en el que nos centraremos es en la presencia o ausencia de naturaleza. Tenemos que intentar rodearnos de elementos naturales como árboles, tierra, césped, un pequeño río… Pero tranquilos, sabemos que esto es difícil hoy en día.

Por eso os recomendamos rodearos de plantas, acuarios, terrarios… cualquier elemento de naturaleza controlada ayudará a nuestro cerebro a sentirse mejor.

Y si tampoco puedes conseguir esto, puedes añadir cuadros que contengan bosques, acantilados, etc., ya que también harán efecto.

Por último, ¿cómo afecta nuestro espacio a los diferentes sentidos? Una zona con muchos ruidos afecta negativamente a nuestra cognición y a nuestro bienestar. Para evitar esto podemos utilizar papel pintado fonoabsorbente.

Por otro lado, los olores también juegan un papel fundamental. Tenemos que situar los espacios en los que disfrutamos y nos concentramos lejos de zonas emisoras de olores como cocinas o baños.

Además, tenemos que tener en cuenta la temperatura de la estancia, ya que un excesivo calor o temperaturas demasiado bajas alterarán nuestro bienestar. Una buena climatización es fundamental, sobre todo en el dormitorio, donde se recomienda una temperatura de 22 grados para poder descansar con normalidad.